¿Cómo puedo empezar a comer mejor?
La respuesta es sencilla. Empieza revisando tu nevera y tu despensa.
Cuando decidimos iniciar un cambio de hábitos hacia una alimentación más saludable y respetuosa hacia nosotras mismas, antes de proceder a iniciar nuestra propia “limpieza interna”, hemos de realizar una buena “limpieza externa”.
Para ello debemos revisar nuestra despensa, nevera y congelador y ponernos manos a la obra.
Seguro que te encontrarás con productos que llevan años allí y que ni sabías que existían, con otros que habías comprado para aquella ocasión especial y nunca se llegaron a consumir, con paquetes abiertos que llevan meses con la “pincita” y ni recuerdas cuándo los abriste o con productos envasados con fecha de caducidad anterior a la presente.
Lo mismo ocurre con el congelador. Quizás te encuentres con tuppers que ni recuerdas cuándo los metiste ahí o con bolsas de congelación cuyo contenido es incierto.
Antes de lanzarte con toda tu buena intención e ilusión al supermercado, a por esos alimentos verdes, frescos y sanos, detente y realiza esa parada técnica de limpieza de tus productos alimentarios.
Ser consciente de los alimentos que tenemos en casa, bien sean frescos, envasados o congelados, es el primer paso para poder planificar nuestro menú semanal y elaborar nuestra lista de la compra con los ingredientes que necesitamos para preparar nuestros platos.
Si nos arrojamos al supermercado sin haber hecho esa revisión previa y sin haber planificado ese menú semanal, lo más probable es que compremos productos frescos de más que acabarán estropeándose en la nevera e irán directos al cubo de la basura, o de menos, por lo que tendremos que volver al supermercado al cabo de pocos días.
También puede que nos dejemos llevar por ofertas de productos que ni siquiera sabemos que son ¡pero oye, tienen un 30% de descuento!
O puede que llenemos nuestro carrito de “super alimentos” que nunca llegaremos a utilizar ya que ni siquiera sabemos cómo cocinarlos o simplemente nos sepan a rayos.
Ya tenemos bastantes preocupaciones en la vida, ¡no nos la compliquemos todavía más!
Yo siempre comparo la compra de alimentos con la ropa. Lo más práctico y funcional es tener unas prendas básicas, de buena calidad, que puedan combinarse entre ellas.
Puede que al principio te parezca que son pocas prendas, pero las combinaciones que obtienes con ellas son muy abundantes. Y siempre puedes añadir ese complemento que le de “un toque” a tu look.
Practica el minimalismo en tu cocina.
Procura tener en tu despensa aquellos productos básicos mínimamente procesados que te resulten prácticos a la hora de cocinar y que te saquen de algún apuro.
Como por ejemplo: conservas de pescado al natural o en AOVE, legumbres frescas y conservas de legumbres, cereales integrales (pasta, arroz, quinoa, cuscús…), verduras en conserva, pasta de legumbre, tomate triturado, frutos secos y semillas (al natural), crema de frutos secos, pan de calidad 100% integral, leche semidesnatada o bebidas vegetales, especias y hierbas aromáticas, aceite de oliva virgen extra, vinagre de manzana sin pasteurizar, sal marina…
En tu nevera procura tener frutas y verduras frescas y de temporada, lácteos de calidad (yogures naturales, queso fresco o semicurado), huevos frescos ecológicos, carne de calidad no procesada, pescado y derivados de la soja como tofu y tempeh (si es el caso).
Nuestra alimentación debería basarse en productos frescos y mínimamente procesados, dejando los ultra procesados para momentos esporádicos y puntuales.
Teniendo esos alimentos “básicos”, podrás empezar a combinarlos entre sí y obtener una gran variedad de platos de calidad, saludables y equilibrados.
Recuerda: tener la despensa, nevera y congelador limpios y ordenados y organizar la lista de la compra según tu menú semanal, te reportará una gran cantidad de beneficios:
Te ayudará a reducir tu nivel de estrés. No tendrás que estar pensando continuamente en que vas a comer o a cocinar, en que no tienes nada en la despensa, en que no tienes tiempo para hacer la compra…
Te ayudará a ahorrar tiempo, dinero y desperdicio de alimentos. Si en el momento de ir a hacer la compra ya tienes tu lista de la compra preparada en función de tu menú semanal, evitarás comprar productos de más o de menos. De esta forma no tendrás que volver al supermercado a por algún ingrediente que has olvidado ni tampoco tendrás que tirar alimentos que se acaban estropeando en la nevera.
Te ayudará a que tu dieta sea más saludable. ¿Verdad que no apuntarías una pizza congelada en tu planning de comida semanal? Además, te evitarás llegar a casa sin saber qué comer y echar a la boca lo primero que te encuentres en la nevera, o llamar a algún sitio de comida rápida.
Si quieres empezar a comer mejor, empieza practicando el minimalismo en tu cocina.