Quizás te resulte familiar esta escena: me levanto, me tomo mi leche con colacao y unas tostadas de pan de molde con mermelada de albaricoque, acompañadas, en el mejor de los casos, por un zumo de naranja recién exprimido. Me pego una ducha, me preparo y salgo pitando a trabajar. A media mañana, durante mis 20 minutitos de descanso, me voy con los compis a la cafetería y me pido mi cafecito con un sobre de azúcar y una napolitana de chocolate. Cuando llego a casa, a eso de las 15:30 hs, pongo a cocer un poco de pasta de cocción rápida y la sirvo con esa boloñesa de carne que tenía en el congelador y había sacado el día anterior (¡olé mi yo previsora!). Tras la comida, me tiro en el sofá y tomo mi yogur bífidus con trocitos de mango (por eso de regular mi tránsito). Ya por la tarde, recojo a los niños en el cole y nos vamos un ratito al parque. Que si Manolito no se acaba su bocadillo de chorizo, pues para la boquita de mamá. Que si Pepito no quiere tomar más yogur, #tranquilohijoqueyoteloacabo. Al llegar a casa y mientras los niños hacen los deberes, me pongo con los quehaceres: que si planchar-doblar-guardar ropa, que si recoger lavavajillas, que si preparar las cosas del cole para el día siguiente… y mientras, voy preparando la cena de los niños. Yo ya me tomaré un sándwich de pavo y queso cuando ellos se vayan a la cama. Es mi momento de relax, sofá y Netflix.
Cómo sentirme más energética
Cómo sentirme más energética
Cómo sentirme más energética
Quizás te resulte familiar esta escena: me levanto, me tomo mi leche con colacao y unas tostadas de pan de molde con mermelada de albaricoque, acompañadas, en el mejor de los casos, por un zumo de naranja recién exprimido. Me pego una ducha, me preparo y salgo pitando a trabajar. A media mañana, durante mis 20 minutitos de descanso, me voy con los compis a la cafetería y me pido mi cafecito con un sobre de azúcar y una napolitana de chocolate. Cuando llego a casa, a eso de las 15:30 hs, pongo a cocer un poco de pasta de cocción rápida y la sirvo con esa boloñesa de carne que tenía en el congelador y había sacado el día anterior (¡olé mi yo previsora!). Tras la comida, me tiro en el sofá y tomo mi yogur bífidus con trocitos de mango (por eso de regular mi tránsito). Ya por la tarde, recojo a los niños en el cole y nos vamos un ratito al parque. Que si Manolito no se acaba su bocadillo de chorizo, pues para la boquita de mamá. Que si Pepito no quiere tomar más yogur, #tranquilohijoqueyoteloacabo. Al llegar a casa y mientras los niños hacen los deberes, me pongo con los quehaceres: que si planchar-doblar-guardar ropa, que si recoger lavavajillas, que si preparar las cosas del cole para el día siguiente… y mientras, voy preparando la cena de los niños. Yo ya me tomaré un sándwich de pavo y queso cuando ellos se vayan a la cama. Es mi momento de relax, sofá y Netflix.